Después de tres años de litigio, la Justicia ordenó la reinstalación de Cristian Tonarelli, uno de los principales activistas de Empleados de Comercio de Rosario.
Cristian, junto a un grupo de compañeros de la Agrupación Resistencia Mercantil, desarrollaron una sistemática lucha contra la patronal para detener los despidos y el conjunto de los atropellos en los Coto.
En 2008, ante siete despidos en la sucursal 99 realizaron una lucha histórica en el gremio, de 80 días, instalando una carpa en la puerta de Coto, con movilizaciones, bloqueos y actos con decenas de comisiones internas. A partir de esa gran lucha se eligieron delegados en todos los establecimientos y se comenzó a frenar una política instalada desde siempre por la patronal de Coto de producir despidos casi mensuales, mediante métodos de terrorismo patronal.
La lucha a partir de esa resistencia se tornó feroz. Despiden ilegalmente a todos los posibles candidatos de Resistencia Mercantil frente a las elecciones en las sucursales, trasladan a las sucursales más combativas tropa de la burocracia. Mediante el fraude, ganan varias sucursales.
En 2009, se produce el despido de Cristian. Los paros y movilizaciones por la reincorporación chocaron con la abierta complicidad de la dirección del gremio. En una de las audiencias claves por la reincorporación, Cristian se encadenó en el mismo Ministerio de Trabajo acompañado de varias internas de lucha. Un hecho que tuvo una enorme repercusión provincial.
La empresa, a medida que se acercaba la definición del fallo, fue ofreciendo cifras siderales al compañero por un "arreglo" que llegaba casi al millón de pesos. Pero lo que estaba en juego no era el dinero sino la oportunidad histórica para los trabajadores mercantiles de quebrar una política patronal. No todo se compra.
La empresa apelará el fallo, pero hay amplia jurisprudencia favorable. Los excelentes defensores de Cristian van por más. Exigen no sólo la reinstalación, sino el pago del daño moral por tres años ilegalmente fuera de la empresa.
La reinstalación de Cristian es el comienzo del quiebre de la impunidad de Coto y una oportunidad enorme para el reagrupamiento clasista de los mercantiles.
Juan Ferro (extraído de Prensa Obrera 1213, marzo 2012)